Preguntas frecuentes sobre las vacunas

Las vacunas ayudan a proteger a su hijo de enfermedades graves, ya que enseñan a su sistema inmunitario a reconocer y combatir bacterias o virus específicos. La mayoría de las vacunas se administran mediante inyecciones.

Las vacunas protegen contra enfermedades graves como el sarampión, las paperas, la rubéola, la gripe, la polio, el tétanos, la tos ferina, la varicela, el rotavirus y las hepatitis A y B, entre otras. Si bien las vacunas no previenen enfermedades leves como los resfriados, son vitales para proteger a su hijo de enfermedades potencialmente mortales.

Sí, las vacunas se someten a rigurosas pruebas de seguridad antes de su aprobación y se monitorean continuamente. La mayoría de los efectos secundarios, como dolor leve o fiebre baja, son temporales y controlables. Las reacciones graves son extremadamente raras y los beneficios superan con creces los riesgos. Si tiene alguna inquietud, el profesional de la salud de su hijo puede abordarla.

Su profesional de la salud le proporcionará un calendario y recordatorios para las vacunas de su hijo. Normalmente, la primera vacuna (hepatitis B) se administra poco después del nacimiento, y se requieren varias visitas antes de los dos años para completar las dosis recomendadas.

Sí. Las enfermedades leves, la fiebre baja o los antibióticos generalmente no impiden que su bebé reciba vacunas. Si tiene dudas, consulte con el médico de su hijo.

Si olvida una dosis, no es necesario que su hijo vuelva a empezar. El proveedor reanudará el programa desde donde lo dejó.

Solicite a su profesional de la salud la tarjeta de vacunación y tráigala a cada cita. Este registro garantizará que las vacunas de su hijo estén al día.

No. Nunca es tarde para empezar o ponerse al día con las vacunas. Consulte con su médico sobre cómo empezar o completar el calendario de vacunación de su hijo.

Las vacunas suelen ser gratuitas o de bajo costo para las familias necesitadas. Para obtener recursos, comuníquese con la línea directa de CDC-INFO al (800) 232-4636 o con su departamento de salud local.

Sí. Aunque algunas enfermedades son poco frecuentes en EE. UU., siguen siendo comunes en otros países y pueden traerse aquí a través de viajes. Vacunar a su hijo ayuda a prevenir brotes y lo protege de daños graves.

No. Si bien la lactancia materna ofrece protección temporal contra enfermedades leves, no protege contra enfermedades prevenibles mediante vacunas. Las vacunas proporcionan inmunidad específica y a largo plazo.

Los riesgos de una infección natural son mucho mayores que cualquier riesgo derivado de una vacunación. Enfermedades como el sarampión o la varicela pueden provocar complicaciones graves, como parálisis, sordera o incluso la muerte. La vacunación es una forma más segura y eficaz de fortalecer el sistema inmunitario.